martes, 9 de febrero de 2010

NEW YORK


He necesitado visitar dos veces la ciudad para darme cuenta de la existencia de este hermoso edificio cuya sola contemplación proporciona una infinita calma en un entorno tan bullicioso.

Porque, aunque no lo parezca, se trata de Nueva York, en agosto. Concretamente, Manhattan. Sí, sí, rascacielos, gente y prisas a espaldas de la fotografía.

Es uno de los muchos embarcaderos del puerto, en este caso el situado en Battery Park justo al lado del punto de salida de los ferrys que visitan la Estatua de la Libertad y la isla de Ellis, y estoy segura de que, como ha a mí, ha pasado desapercibido a muchas personas que han pasado justo al lado, pero con la mirada fija en la “primera dama” de la ciudad.

No he sido verdaderamente consciente de ello hasta contemplar repetidas veces la fotografía pero no puedo dejar de preguntarme cuantos mágicos rincones me he perdido haciendo más caso a una guía de viaje que a mis ganas de callejear.

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